Los seguros para coches sin franquicia cubren el 100% de los daños provocados por un siniestro de circulación, independientemente de que lo provoques o seas el perjudicado.
En cambio, si contratas un seguro de coche con franquicia, deberás abonar una cantidad que nunca superará la franquicia estipulada para los gastos de reparación en caso de siniestro. Ejemplo:
María se dirige al parking para coger el coche. Según se acerca comprueba que alguien ha abollado su automóvil al aparcar. Ni se sabe quién ha sido ni le han dejado una nota para poder contactar.
En este caso, ¿le cubre el seguro a María? Si hubiese contratado el seguro de coche sin franquicia, la compañía aseguradora se haría cargo del 100% de los gastos de reparación.
Si contaba con el seguro con franquicia, es María quien debe hacerse cargo de parte o la totalidad de los gastos. Si, por ejemplo, la franquicia es de 150 € y los gastos de reparación alcanzan los 1.000 €, María asumirá los primeros 150 y los 850 restantes los cubre la compañía aseguradora.