PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS
El Rottweiler tiene un cuerpo fuerte y robusto, con una esperanza de vida media mayor que la de otros perros de su tamaño (11 años), pesa unos 50 kilos y tiene una altura de entre 61 y 68 cm. De rasgos robustos y grandes, destaca su hocico profundo y cuadrado y su cabeza ancha.
Su pelaje es negro en su mayoría, interrumpido por manchas de color fuego. Ambos tipos de pelo configuran sus dos capas de pelaje: una externa de largura media y dura, y otra de lanilla interna.
Su mirada fija y decidida anticipa sus principales rasgos de personalidad. Se trata de un perro que no se excita sin causa justificada, a menos que alguien insinúe invadir su zona de confort o la seguridad de sus dueños. Su instinto protector con sus amigos y la confianza en sí mismo son consecuencia de sus antepasados históricos y orígenes alemanes.
Además, su inteligencia le permite ser un perro fácilmente adiestrable, capaz de distinguir entre un extraño y quien le proporciona atención y cuidados. Sin duda, un dueño competente que sepa entender su carácter es fundamental para garantizar una convivencia adecuada.
Sus inicios más remotos se encontraron en el Imperio Romano, donde realizaba labores de protección y conducción del ganado, además de ser utilizado como mascota de compañía.
Sin embargo, su nombre deriva de la provincia alemana Rottweil, donde esta raza creció durante años. En ella, adquirió la forma y carácter actual tras años de crianza como perro protector del ganado y guardián.
Su costumbre protectora y sus hábitos serviciales configuraron a lo largo de la historia los atributos perfectos para que desde 1910 fuese reconocido como perro policía.
Los Rottweilers han mostrado una enorme valentía a lo largo de la historia. En la Primera Guerra Mundial su aportación fue importante, ya que fueron puestos en servicio como perros mensajeros y para la entrega de artefactos explosivos en territorios enemigos. Sin duda, ¡un trabajo que no muchos aceptarían!
CUIDADOS BÁSICOS Y ALIMENTACIÓN
Al ser un perro de gran tamaño, y muy activo, el coste de su mantenimiento es superior al de otras razas. Además, sus necesidades energéticas y físicas requieren de especial atención. La alimentación es uno de los aspectos claves en su crecimiento, sobre todo, porque estos perros tienden a desarrollarse rápidamente, por lo que cualquier exceso en su dieta desembocará en un crecimiento excesivo y una subida de peso acelerada. Por ello, es importante vigilar las dosis de comida y evitar que coman rápidamente. Para ello, se recomienda suministrar raciones pequeñas dos o tres veces al día.
La dosis diaria debe ser de unos 700 gramos de alimento completo seco, evitando el exceso de calcio, proteína y grasa para esquivar el sobrepeso.
Asegúrate de que adquiere determinados hábitos de alimentación, como comer siempre a las mismas horas y en el mismo lugar. Todo ello le permitirá regular sus hábitos alimenticios y controlar su instinto. Igualmente, recomendamos retirar la comida cuando no la haya consumido en su totalidad para evitar la ingesta entre horas que impida consolidar los horarios y hábitos de comida adecuadamente.
La actividad física diaria es indispensable. Incluso cuando son cachorros, asegurarla mediante juegos o paseos permitirá prevenir el atrofiamiento de las extremidades.
Igualmente, si tu Rottweiler debe vivir en una vivienda reducida, acostumbrar a cansarlo fuera de casa y ejercitarlo diariamente, puede ayudar a acostumbrarle al espacio reducido durante el resto del día.
Aunque no existe una cantidad fija de ejercicio recomendada, unas dos horas y media son mínimas para gozar de una buena salud física y mental.
A pesar de que sus problemas de salud son mayores que en otras razas, para ser un perro de gran tamaño no es excesivamente propenso a las enfermedades.
El primer paso preventivo que debe tomarse para evitar estos riesgos es seguir adecuadamente el calendario de vacunación. Sobre la semana 7 u 8 de vida puede comenzarse el suministro de vacunas, que se repite periódicamente hasta los 4 meses. Desde este momento se espaciarán las dosis hasta los 2 años, proporcionándolas cada seis meses.
Entre los peligros más frecuentes a los que se enfrenta la raza se encuentra la torsión de estómago. Éste es un problema que afecta a perros adultos o ancianos y que se deriva de su gran tamaño.
Además, hay que tener especial cuidado con la displasia de cadera o de codo. Recomendamos, también supervisar el juego y el ejercicio para evitar fisuras que incrementan la posibilidad de padecer ésta y la osteocondrosis (una afección del cartílago que sufren especialmente perros jóvenes)
Por último, no podemos pasar por alto el parvovirus (una enfermedad del sistema inmunitario) y el hipotiroidismo (un problema hormonal frecuente en la raza)
Debido a su pelaje, recomendamos el cepillado unas dos veces por semana. Su pelo es fácil de cuidar y un cepillo de ceras firmes facilitará el trabajo. Como con el resto de caninos, un baño cuando sea necesario le permitirá lucir limpio y arreglado.
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